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Obra esencial / Manuel Chaves Nogales.

por Chaves Nogales, Manuel (1897-1944 ).
Tipo: materialTypeLabelLibroSeries ( Libros del Asteroide ; 319 ).Editor: Barcelona : Libros del Asteroide, 2024 Edición: 1ª ed.Descrición: 764 p. ; 22 cm.ISBN: 9788419089472.Materia(s): Belmonte, Juan (1892-1962) | España -- Historia -- 1936-1939 (Guerra civil) | Rusia - -- Historia - -- 1917-1921 (Revolución) | Historia
Contido:
Contén : A sangre y fuego ; El maestro Juan Martínez que estaba allí ; Juan Belmonte, matador de toros
Lista(s) nas que aparece este ítem: Biblioteca Lugo: Novidades non ficción xuño2024 | BPL Lecturas de verán Non Ficción 2024
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Biblioteca de orixe Localización actual Sinatura Dispoñibilidade Data de vencemento Código de barras Reserva de exemplares Datos do exemplar
Vilagarcía de Arousa – Biblioteca Pública Municipal Rosalía de Castro
Vilagarcía de Arousa – Biblioteca Pública Municipal Rosalía de Castro
Sala xeral
N CHA obr Dispoñible PBM080000071950
Pontevedra – Biblioteca Pública Antonio Odriozola
Pontevedra – Biblioteca Pública Antonio Odriozola
2º andar
N CHA obr Prestado 29/05/2025 BP000057329
Lugo – Biblioteca Pública de Lugo
Lugo – Biblioteca Pública de Lugo
Sala préstamo
OX CHA obr Dispoñible BL000045995
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Contén : A sangre y fuego ; El maestro Juan Martínez que estaba allí ; Juan Belmonte, matador de toros

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Comentado por Roberto V.
14/02/2025

MANUEL CHAVES NOGALES. OBRA ESENCIAL Celebro que, por fin, la biblioteca municipal de Vilagarcía tenga en su catálogo una obra de Chaves Nogales. Una obra importante, además, de reciente edición (2024) que recoge tres de sus más importantes libros: “A sangre y fuego”; “El maestro Juan Martínez, que estaba allí”; “Juan Belmonte, matador de toros”. He comentado muchas veces con personas de mi entorno y aprovecho ahora para hacerlo públicamente mi extrañeza porque el libro “A sangre y fuego” no figure como libro de lectura recomendada para escolares, para contextualizar la guerra civil española. Y lo que más me ha apenado es darme cuenta que muchísimas personas con las que he hablado del autor, personas además de sólida formación intelectual, lo desconozcan en absoluto. Algo no funciona bien en nuestro sistema educativo, en nuestra sociedad, cuando un periodista que recogió excepcionalmente lo sucedido en España y Europa entre 1920 y 1944 sea casi desconocido. Vayan estas líneas para intentar llenar este vacío, con la observación de que el firmante es un universitario que hizo su carrera en una especialidad científica, gran aficionado a la lectura y que ha intentado luchar contra “las dos culturas” que se ha intentado escindir la formación intelectual. Chaves Nogales, sevillano (1897-1944) procedía de una extracción social burguesa, hijo de un periodista importante que murió cuando él era muy joven y una pianista. Probablemente la fortuna de que gozó por un acceso temprano a la cultura, a diferencia de otros muchos jóvenes de su época, le permitió percibir el mundo que le rodeaba con una perspectiva mucho más abierta. En afortunada expresión del lúcido rapero norteamericano Kendrick Lamar: “Todo el mundo tiene una perspectiva diferente, según le haya tratado la vida”. Desde muy joven colaboró con la prensa local y, con poco más de 20 años se desplazó a Madrid. En la capital colaboró con varios medios periodísticos, como director, en los años de la República, de probablemente el periódico de referencia, el diario “Ahora”, en el que colaboraban entre otros Unamuno, Baroja, Valle Inclán, Gregorio Marañón, Gómez de la Serna… Viajó, además, mucho por toda Europa en esos años. Siendo un periodista de tal relieve (para Andrés Trapiello es el mejor periodista español junto con Larra, para mi es equiparable a los grandes reporteros Manu Leguineche o el polaco Artur Kapucinski), lo curioso es que haya quedado velado históricamente hasta épocas recientes. Lo redescubrió una profesora de instituto sevillana, Isabel Cintas, y, a otro nivel, Andrés Trapiello en su libro “Las armas y las letras”. Podemos preguntarnos porqué un autor del que hoy existen bastantes libros publicados (la mayoría colecciones de reportajes) ha quedado, sin duda de un modo intencionado, oculto. Un autor que escribió sobre la revolución rusa varios libros de reportajes, como el segundo de la obra que comento; sobre el ascenso nazi (Bajo el signo de la svástica), el nacionalismo catalán (¿Qué pasa en Cataluña?), la caída de Francia ante la llegada del ejército alemán (La caída de Francia), sobre la revolución asturiana del 34, las insurrecciones anarquistas en la primera etapa de la República (Casasviejas…), el folklore andaluz, la resistencia ante el golpe de Estado en el 36 en Madrid (Crónicas de la guerra civil…). Un autor del que, en expresión afortunada (aunque inspirada en el segundo libro de esta obra) de los jóvenes que, en el contexto de un master de periodismo (de El País) sobre él, denominaron “El hombre que estaba allí”, realmente fue testigo directo de muchos acontecimientos históricos de aquellos años. Probablemente algo tiene que ver el que la única obra publicada de él, durante el franquismo, fue “Juan Belmonte, matador de toros”, publicada en los años 70 en la editorial Alianza (aunque el autor la había escrito en 1935). El franquismo no tenía ningún interés en publicitarlo, puesto que era un republicano liberal confeso, que huyó de España en noviembre de 1936, pero que apoyó de un modo inequívoco (no exento de críticas) el régimen legal. Basta decir que el autor murió en 1944 y a una semana de su muerte el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo lo condenó a 13 años y un día de prisión y a inhabilitación absoluta perpetua. También de París tuvo que escapar rápidamente, puesto que los nazis lo tenían marcado. Su entrevista en los años 30 con Goebbels, su retrato lúcido del ascenso nazi, lo puso en el punto de mira. Pero tampoco fue condescendiente con la democracia francesa, con el colapso sufrido y la toma del país por los alemanes. Pero, y ahí está la brillantez del personaje, tuvo la lucidez par captar las partes sombrías de la revolución soviética que tanto apasionaba en aquellos años a los progresistas del mundo. Así como matizar los hechos sucedidos en Asturias, durante la revolución del 34. Y, sobre todo, lo que vio en Madrid en los primeros días de la guerra civil. No, Chaves Nogales no fue un personaje cómodo para la izquierda de aquellos años, le tocó sufrir, como a Clara Campoamor y, más tarde a Arturo Barea, las contradicciones, barbaridades a cargo de gentes que le eran próximas, como ellos debió irse prematuramente. El primero de los libros de esta obra: “A sangre y fuego (Héroes, bestias y mártires)” de 1937 recoge 11 relatos de los primeros meses de la guerra civil. A diferencia de casi toda la literatura que toca esa etapa, el autor (que dice estar inspirado, en cada relato, en hechos verídicos) procura distanciarse, no dejarse llevar por una posición previa. De ahí la fuerza de estos relatos. Para el director de cine Bayona (La sociedad de la nieve), “A sangre y fuego es uno de los mejores libros que he leído”. En mi caso fue una experiencia impactante, que me ha hecho buscar sin descanso el resto de la obra del autor. El segundo libro de esta obra: “El maestro Juan Martínez que estaba allí”, fue escrito en 1934, en base al conocimiento (en 1930) del autor de un bailarín flamenco, Juan Martínez, que con su pareja coincidió en Rusia durante los años de la Revolución soviética, así como los intentos contrarrevolucionarios. No es el único libro de Nogales sobre este tema, pero sí el más interesante, con rasgos tragicómicos. El tercer libro, el único publicado durante el franquismo: “Juan Belmonte, matador de toros”. Lo publicó en 1935, en base a los recuerdos del matador (1892-1962), que en aquel momento estaba en la cresta de la ola. En mi caso, ajeno a la cultura de la tauromaquia, tenía un interés secundario, pero me ha atraído especialmente el retrato de época, desde 1900 (a los 8 años el niño queda huérfano de madre y debe comenzar a trabajar en la venta, en rastrillos con su padre) hasta los primeros años 20. Fascinantes las instrucciones laborales que el padre da a su criatura el primer día (para que no le roben, le engañen…), el ambiente entre los jóvenes de su barrio de Triana, en una pandilla que utilizaban muchas noches para torear a los toros encerrados… En un tiempo, una vez más, que recuerda el magnífico poema de Gil de Biedma (de vita beata): “En un viejo país ineficiente, algo así como una España entre dos guerras civiles, en un pueblo junto al mar, poseer una casa y poca hacienda…”, donde la crispación, el encuadramiento en bloques ideológicos, intenta forzar los posicionamientos sin escuchar argumentos, sólo atendiendo a su procedencia (la tristemente falacia “ad hominem” que descalifica el argumento por su origen, sin analizarlo), es urgente leer a Chaves Nogales. Porque, hay que decirlo claramente, muchos nos sentimos representados con él. Y deseamos preservarnos del triste adagio, evocado por Antonio Machado: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios…, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Los que hemos accedido (la vida, la observación, nos lo ha permitido) a llegar a informaciones que creemos son relevantes, tenemos la obligación moral de hacerla accesible. Por mis nietos.

Roberto Vidal Valtuille, Vilagarcía febrero 2025

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